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IBCE: maderas y carnes magras Bolivia con potencial exportador para Bolivia
- Lunes, 26 Abril 2021 00:08
Foto CFB
Perspectiva: Carne de llama, tarwi, kañawua, flores, hierbas medicinales, productos forestales tienen un gran potencial para llegar al mundo en mayores cantidades ya que su demanda es creciente, señala el nuevo presidente del IBCE, Demetrio Soruco Henicke.
Bolivia tiene un enorme potencial para diversificar y aumentar las exportaciones de alimentos, productos forestales y sobre todo carnes magras y superalimentos como el tarwi o kañawua, asegura el nuevo presidente del Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE), Demetrio Soruco Henicke.
El nuevo ejecutivo de la institución explica que durante la gestión que le toca presidir, se seguirá posicionando al IBCE como una institución eminentemente técnica, generadora de propuestas de políticas públicas y privadas sustentadas en información estadística veraz, que permitan una correcta toma de decisiones para incentivar el comercio exterior de nuestro país, como instrumento para el desarrollo.
“Nuestro mayor desafío es coadyuvar a sacar a Bolivia de la crisis económica en que se encuentra, ahondada de manera importante con la pandemia mundial del Covid-19, que ocasionado un histórico decrecimiento de la economía boliviana (11% al primer semestre del 2020)”, puntualiza.
Para ello, se trabajará en conjunto con el Estado y los privados, en la sugerencia e implementación de todas las políticas que incentiven la exportación, principalmente de productos agropecuarios y forestales que son los de más rápida reacción a corto plazo.
“Estos productos son los de más rápida reacción a corto plazo, y -de otra parte- que permitan la sustitución de importaciones, así lograremos reactivar la producción nacional, disminuir el desempleo, que a febrero estaba en cerca del 9%, y consolidar, mediante el sector agropecuario, la soberanía alimentaria que tanto requerimos”, precisa.
Potencial
Soruco sostiene que desde el punto de vista de la oferta exportable real y potencial del país, los productos más demandados de Bolivia, que pueden incrementar su volumen y ser exportados en mayores cantidades a corto plazo, son los alimentos o insumos agrícolas para producir otros alimentos, como la soya y girasol y sus derivados, el azúcar, alcohol, la quinua, bananas, lácteos, frejol, palmito, cacao y la carne bovina, cuya exportación ha venido marcando récord tras récord en los últimos años.
“Sin embargo, Bolivia tiene mucho potencial en otros renglones como carnes magras producidas en el Altiplano (llama) y otros superalimentos que, como el tarwi o la kañawa, son tan o más nutritivos que la propia quinua”, destaca.
Ni que decir señala de los productos de la biodiversidad (flores, hierbas medicinales, aceites esenciales). “Definitivamente, hay mucho por desarrollar en el país. Está, también, la posibilidad de la explotación del litio, que requieren una alta inversión, con lo que podremos incrementar de manera importante nuestras exportaciones en la nueva minería”, visualiza Soruco.
De acuerdo con el nuevo presidente del IBCE implementando las políticas adecuadas, en cinco años la producción de alimentos en Bolivia se puede triplicar y la agroexportación puede subir 7 veces, esto significaría producir 45 millones de toneladas y exportar más de 20 millones, por un valor que superaría de lejos los 10.000 millones de dólares.
De igual manera, el sector forestal, en cinco años podría estar exportando más de 1.000 millones de dólares en productos madereros con alto valor agregado, con lo que habría una real reactivación de la economía.
Añade que el mundo es un voraz mercado en crecimiento que, según el Trademap, en la gestión 2019 compró productos por 19 billones de dólares.
Destacan maquinaria, combustibles, vehículos, joyas, medicamentos, productos químicos, instrumentos de óptica, fundición de hierro y acero, minerales metalíferos, muebles, aeronaves, prendas de vestir, caucho y manufacturas, aluminio y manufacturas, papel y cartón, cobre y sus manufacturas, aceites esenciales, calzados, maderas trabajadas, frutas, carnes, bebidas, pescados y crustáceos, juguetes, cereales, oleaginosas, todos ellos superando individualmente los 100.000 millones de dólares de importación.
“Considerando un PIB pre-pandemia de 41.000 millones de dólares (2019), el sector exportador aportó con casi el 22% al PIB. Con la aplicación de las políticas públicas e incentivos adicionales en financiamiento para capital de inversión y de trabajo, el aporte del sector exportador al PIB puede incrementarse de tal manera que en 5 años ya no estemos dependiendo de los minerales e hidrocarburos, gracias a la agroexportación y exportación forestal-maderera”, remarca Soruco.