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Deuda pública está al límite y existe el riesgo de default, advierte la Fundación Jubileo
- Miércoles, 29 Noviembre 2023 10:51
FOTO: FUNDACIÓN JUBILEO
Evaluación: La deuda externa creció de 2.207 millones de dólares en 2007 luego de las condonaciones a 13.408 millones de dólares y el servicio pasó de 381.1 millones de dólares a 1.811,4 millones de dólares entre 2006 y 2022. La Fundación Jubileo presentó el estudio “La Deuda Pública de Bolivia 1970-2022”.
Desde 2007 la deuda externa del país se multiplicado por más de seis veces y el saldo llega a 13.408 millones de dólares a septiembre de 2023, mientras que el servicio también se disparó y el país se encuentra en una situación límite y con el riesgo de default, advierte la Fundación Jubileo en el estudio “La Deuda Pública de Bolivia 1970-2022 “Otra vez ante una pesada carga que pone en riesgo la economía”.
Con relación a la deuda interna del TGN, esta comenzó a crecer significativamente desde 2018, principalmente la otorgada por el Banco Central. Entre 2017 y 2023 –en menos de 6 años- la deuda interna se multiplicó al menos tres veces, llegando a 128.115 millones de bolivianos al mes de septiembre. “Actualmente, se ha llegado a una situación límite. El déficit y endeudamiento se tornan insostenibles, con riesgo de default (impago) y las reservas prácticamente se han agotado. El país está nuevamente en riesgo de una crisis de deuda después de cuatro décadas”, alerta Jubileo.
En un análisis histórico, observando los últimos 52 años (1970–2022), se han identificado tres periodos con características particulares, el primero 1970–1981 de gobiernos militares, el segundo período de 1982–2005 de retorno a la democracia y economía de mercado; y el tercero entre 2006- 2022 correspondiente al Estado Plurinacional.
Si bien cada periodo tiene sus características particulares, existen similitudes entre el primer y tercero porque se beneficiaron de un contexto externo favorable por altos precios internacionales, comenzaron su gestión con niveles bajos de saldo de deuda pública total, se registró un mayor gasto público y finalizaron con niveles elevados de saldos de endeudamiento hasta un límite difícil de sostener que, ineludiblemente, deberían concluir con programas de ajuste para resolver el problema de inestabilidad económica.
El país salió de aquella bonanza económica de los años ‘70 manteniendo su rasgo de productor de materias primas y país endeudado, pero no se consideraron los principios y fundamentos económicos relacionados con la sostenibilidad.
Jubileo señala que en el pasado reciente, la deuda externa se incrementó durante y después del periodo de bonanza. “El proceso de contratar más deuda pública fue contradictorio en una etapa de superávit fiscal que se registró en ocho gestiones sucesivas (2006-2013). Desde el final de la bonanza y a partir del periodo de desaceleración (2014), el país arrastra dificultades macroeconómicas que ya anticipaban una crisis”, precisa.
Según el estudio, a pesar de que los ingresos del sector hidrocarburos cayeron desde 2015, el Gobierno continuó con la expansión del gasto, con base en un mayor y acelerado endeudamiento, en el marco de su política o modelo de estimular la demanda interna a través del gasto.
Es así que, por un lado, ante la constante expansión del gasto, y en un contexto de limitados ingresos, se ha registrado un profundo déficit fiscal y constante endeudamiento; y, por otro lado, una caída de reservas internacionales, en el marco de un tipo de cambio congelado.
Se tiene un déficit fiscal bastante profundo además de prolongado, porque ya son 10 años consecutivos con déficit, lo que refleja la compleja situación por la que atraviesan las finanzas públicas en términos de su sostenibilidad.
“Actualmente, se ha llegado a una situación límite. El déficit y endeudamiento se tornan insostenibles, con riesgo de default (impago) y las reservas prácticamente se han agotado. El país está nuevamente en riesgo de una crisis de deuda después de cuatro décadas”, advierte la Fundación Jubileo.
En 2006 cuando Evo Morales asumió el poder la deuda externa se situaba en 3.248 millones de dólares, pero en 2007 producto de los alivios y condonaciones el saldo baja a 2.207,9 millones de dólares. Sin embargo en 2022 el saldo era de 13.300 millones de dólares.
El servicio de la deuda pasò de 381.1 millones de dólares a 1.811,4 millones de dólares entre 2006 y 2022. Durante los gobiernos neoliberales por ejemplo el servicio pasó de 248 millones de dólares en 1985 a 516 millones de dólares en 2005. En las dictaduras militares de 82 millones de dólares en 1970 a 295 millones de dólares en 1981.
Tendencia
Según Jubileo la tendencia de los últimos años, hasta la actualidad, ha sido mantener las políticas o el modelo económico, lo que ha significado postergar los ajustes necesarios pendientes; es decir, los problemas macroeconómicos a costa de mayor endeudamiento.
“La deuda que se ha contratado y que se está contratando en los últimos años no es beneficiosa para el país, no genera retornos, puesto que, en realidad, la inversión ha estado cayendo en los últimos años. Básicamente está orientada a alimentar un modelo que no funciona. Se contrata deuda interna para sostener gastos altos. Y deuda externa para gastos y para contener parcialmente la caída de Reservas Internacionales (crisis de balanza de pagos)”, subraya Jubileo.
En adelante, la Fundación recomienda la utilización de reglas fiscales dirigidas al manejo eficiente del gasto público y la mayor generación de ingresos. Estas deberían orientarse, en una primera etapa, a reducir el déficit fiscal para luego, en una segunda etapa, dirigirse a mantener un balance fiscal equilibrado.
La disminución del déficit se podría realizar reduciendo gastos corrientes prescindibles. Más allá de lo económico, la principal preocupación también es social, por el riesgo de los retrocesos en términos del empleo, el poder adquisitivo de la gente y la reducción de la pobreza.
Para Jubileo, la perspectiva económica de Bolivia 2023 y 2024 es compleja por factores externos e internos que afectan directamente a la balanza de pagos, el régimen cambiario e ingresos fiscales que paulatinamente se percibe por parte de los agentes económicos, como por ejemplo la dificultad de acceder a obtener dólares, elevación de precios de algunos productos, que disminuye la confianza y credibilidad en los anuncios oficiales de la actual gestión, que coincide con recientes informes de organismos y agencias internacionales.
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