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Subvenciones permiten controlar la inflación que golpea a la región con un alto costo fiscal
- Domingo, 29 Mayo 2022 20:48
FOTO: OFEP
Perspectiva: La variación a 12 meses de la inflación a marzo fue de 0,87%. En el Presupuesto General del Estado se proyecta Bs 4.794,6 millones de bolivianos de subvención a los hidrocarburos, pero esto puede ser mayor por el alza del precio del petróleo.
Las subvenciones que aplica el Gobierno al sector hidrocarburos, energía y alimentos, permiten controlar la inflación que golpea a la región, sin embargo conlleva un elevado gasto fiscal.
El vocero presidencial, Jorge Richter, destacó que el país tiene una de cinco inflaciones más bajas del mundo.
“Tenemos la inflación más baja salvo unos pequeños otros países que tienen un mejor indicador, pero estamos con una de las cinco inflaciones más bajas del mundo. Pero no solo es este hecho, sino que exista crecimiento económico y se pueda controlar la inflación”, precisó en el canal estatal Bolivia TV.
En abril de 2022, el Índice de Precios al Consumidor (IPC) registró un aumento de 0,03% respecto a marzo. La variación acumulada fue positiva con un incremento de 0,41% y a doce meses de 0,87%, según el Instituto Nacional de Estadística (INE). El año pasado Bolivia cerró con una inflación acumulada de 0,90 %.
Según Richter las subvenciones permiten controlar la inflación porque en el país se tienen precios “justos”.
El Presupuesto General del Estado (PGE 2022) estimó un gasto de 4.794,6 millones de bolivianos para subsidiar los carburantes durante este año. Sin embargo, se estima que este monto sea superado porque el PGE se elaboró con un precio del petróleo de 50,47 dólares y en las últimas semanas el barril superó los 100 dólares.
El PGE 2002 también proyecta que el subsidio a los alimentos y a los servicios será de 168,1 millones de bolivianos y de 125,6 millones de bolivianos, respectivamente.
Datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) elaborados por el Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE) revelan que en tres meses, a marzo, Bolivia importó diésel por un valor de 394,8 millones de dólares. El costo por tonelada fue de 1.036 dólares, superior en 39,2% a los 744 dólares de 2021.
En el caso de la gasolina, se importó un valor de 267 millones de dólares con un precio por tonelada de 975 dólares, un 15,8% más que en 2021.
En total se compró del exterior combustibles por un valor de 661,9 millones de dólares en tres meses. El año pasado el valor se disparó a 2.123 millones
Entre 2016 y 2021 el costo de la subvención al diésel y la gasolina se disparó de 1.424 millones de bolivianos a 4.330 millones de bolivianos, según datos oficiales de Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB).
La estatal petrolera tiene explica que esta situación está relacionada a la caída de la producción, una mayor demanda de combustibles y el aumento del precio internacional del petróleo.
En 2016 la subvención a la gasolina sólo representaba una erogación de 118 millones de bolivianos y desde entonces comenzó a crecer cada año hasta llegar a 993 millones de bolivianos el año pasado. El mayor pico fue en 2019 cuando se gastaron 1.101 millones de bolivianos.
En el caso de diésel este costo en 2016 sólo llegaba a 1.306 millones de bolivianos y el año pasado llegó a su mayor valor con 3.337 millones de bolivianos.
Presiones inflacionarias
El Fondo Monetario Internacional (FMI) en abril anticipó que la guerra en Ucrania supone un nuevo shock inflacionario para la región. “Nuestras estimaciones indican que un incremento de los precios internacionales del petróleo de 10 puntos porcentuales provocaría un aumento de la inflación de 0,2 puntos porcentuales en América Latina, mientras que un incremento de los precios mundiales de los alimentos de 10 puntos porcentuales se traduciría en un aumento de la inflación de 0,9 puntos porcentuales”, advierte el organismo.
Añade que un shock combinado de los precios del petróleo y los alimentos de 10 puntos porcentuales elevaría la inflación en 1,1 puntos porcentuales.
Las presiones inflacionarias, agravadas por la guerra, podrían mantenerse debido a la existente indexación y las indicaciones tempranas de recuperación del mercado laboral en algunos países.
La guerra provoca una mayor inflación causada por el incremento de los precios de las materias primas, que viene a sumarse a la inflación ya elevada en América Latina y el Caribe.
El FMI considera que esto probablemente provocará la adopción de nuevas medidas de política monetaria restrictiva, reducirá el ingreso real y amplificará el riesgo de tensión social.
El organismo también prevé menor crecimiento debido a la reducción de la expansión mundial (menos exportaciones, turismo y remesas) y el endurecimiento de la política monetaria.