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La papa y quinua también requieren de la biotecnología
- Viernes, 28 Mayo 2021 23:55
Foto POTATOPRO
Impulso: La biotecnología se emplea en la alimentación, la industria farmacéutica, la medicina, el cuidado del medio ambiente, en la industria del reciclaje, entre otros.
Un marco regulatorio claro para el uso de la biotecnología, así como para los Organismos Genéticamente Modificados (OGM´s), no sólo serían beneficiosos para algunos productos agrícolas, sino para todos, incluidos la papa y la quinua.
Así lo expuso Gabriela Rivadeneira con su ponencia “Organismos Genéticamente Modificados entre la ciencia y la controversia”, durante el Café Agropecuario, un evento organizado por la Cámara Agropecuaria del Oriente (CAO) en el marco de la Agropecruz.
Estos cultivos pierden competitividad frente a productores de Perú, Argentina, Colombia y Brasil que ya cuentan con normativa que impulsa la investigación en el sector agropecuario. Rivadeneira explicó que la biotecnología se emplea en la alimentación, la industria farmacéutica, la medicina, el cuidado del medio ambiente, en la industria del reciclaje, entre otros.
Dentro de la biotecnología están los organismos genéticamente modificados, y la industria de alimentos requiere de esta ciencia para aumentar el rendimiento de los productos agrícolas.
Según la expositora, la regulación es vital para que la investigación en el país avance y se deje comprar productos genéticamente modificados a países vecinos.
Dijo que en los últimos 15 años el país importó más de 489 mil toneladas de maíz por un valor de 222 millones de dólares, y el 69% fue grano amarillo duro transgénico proveniente de Argentina y que, si el país contara con un marco regulatorio funcional y un sistema agrícola desarrollando semillas transgénicas para ciertas zonas con planificación, los recursos se quedarían en Bolivia.
Recordó que el 100% de la soya es transgénica, al igual que el 60% de maíz amarillo y el 90% de algodón.
Si bien la Constitución Política del Estado (CPE) establece como mandato la protección de la biodiversidad, es necesario un marco regulatorio con el que se pueda desarrollar semillas genéticamente modificadas, en un periodo de hasta 12 años, debido a que deben pasar por varias etapas hasta su aprobación y comercialización.
Añadió que Argentina, Brasil y Colombia ya tienen su norma regulatoria, y por ejemplo, los colombianos ya avanzan en el desarrollo de un arroz transgénico, y los argentinos tienen 78 eventos aprobados, mientras que Bolivia apenas cuenta con uno.
La semilla genéticamente modificada debe demostrar que es equivalente a su homologo no transgénico, en características de nutrición y otros.
La implementación de semillas transgénicas de soya generó 403 millones de dólares a la economía nacional, representando un incremento de 40%.
En criterio de Rivadeneira se debe trabajar con la biotecnología para alcanzar los niveles de productividad que requerirá la humanidad hasta 2050, que según datos de la FAO la población mundial llegará a 9.700 millones de habitantes. Es por ello que se deben avanzar en la consolidación de una producción sostenible, con métodos que se adapten y sean eficaces para el país. “Buscamos alta productividad con el menor impacto posible”, apuntó.
El Café Agropecuario es un espacio destinado al intercambio de conocimientos técnicos, económicos, financieros, tecnológicos del sector agropecuario. Participan del mismo productores agrícolas, pecuarios e industriales del sector productivo de la región.