La FAO prevé producción de maíz por debajo del promedio en Bolivia

FOTO: ANAPO 

Balance: La FAO señala que cantidades excesivas de lluvia y algunas olas de frío afectaron los cultivos en las etapas de floración y llenado de grano. En abril de 2023, los precios de los alimentos fueron generalmente más altos año tras año, con una tasa de inflación anual de alimentos estimada en 5,6%, sostiene el reporte.

La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), prevé que la producción de maíz en Bolivia este año estará por debajo del promedio y se situará en 965 toneladas, aunque en general proyecta un incremento de 20% en la producción de cereales.

“Continúa la recolección de la cosecha principal de maíz de 2023, que representa alrededor del 75% % de la producción anual. Se prevé que la producción sea inferior a la media, ya que los déficits de humedad al comienzo de la temporada provocaron una reducción de las siembras. Las condiciones climáticas adversas también afectaron los rendimientos de los cultivos. Cantidades excesivas de lluvia y algunas olas de frío afectaron los cultivos en las etapas de floración y llenado de grano”, señala la FAO en un reciente informe sobre la seguridad alimentaria en el país.

Además, sostiene que la falta de diésel obstaculizó las operaciones de cosecha en el departamento productor de cereales clave de Santa Cruz.

Se espera que la producción total de maíz en 2023, incluidos los cultivos de la temporada menor afectados por la sequía cosechada durante el tercer trimestre de 2022, se mantenga por debajo de los niveles promedio por segundo año consecutivo.

En el período 2018-2022 la producción promedio de maíz estuvo en 1.078 toneladas y en 2022 en 960 toneladas, da cuenta el reporte.

Añade que las operaciones de siembra de la cosecha principal de trigo de 2023 están en marcha. Se espera que la falta de diésel, junto con los suelos saturados debido a las fuertes lluvias recientes, reduzcan la extensión de las siembras.

Las previsiones meteorológicas indican cantidades de precipitación superiores a la media entre junio y agosto, lo que podría exacerbar la saturación de los suelos y limitar el potencial de rendimiento.

En el caso del sorgo entre 2018 y 2022 la producción promedio fue de1.018 toneladas y en 2022 de 615 toneladas y este año subirá a 950 toneladas, un 54,4% más. La producción de arroz entre 2018 y 2022 fue de 519 toneladas, en 2022 de 417 toneladas y este año se prevé una mejora de 15,2% hasta las 480 toneladas. La producción de otros cereales será de 378 toneladas, un 18,9%.

La producción total de cereales llegará a 2.773 toneladas, un 20% por encima de los niveles de 2022, anticipa la FAO en su reporte.

El reporte complementa que las importaciones de cereales en la campaña comercial 2022/23 (julio/junio), principalmente trigo, se prevén en un nivel inferior al promedio de 270 000 toneladas. El bajo nivel refleja principalmente las existencias remanentes de la producción superior a la media de trigo cosechado en 2021/22, junto con un cambio en el consumo de cereales producidos localmente, en medio de los altos precios internacionales del trigo.

Precios

El informe de la FAO menciona que los precios al por mayor del maíz amarillo disminuyeron estacionalmente en abril  de 2023 con la cosecha principal en curso y fueron más altos año tras año, debido a la escasez de suministros de la cosecha  2022.

Los precios del arroz también bajaron en los últimos meses a medida que aumentó la cosecha de 2023 suministros del mercado. Por el contrario, los precios de la harina de trigo se redujeron desde diciembre  de 2022, tras la reciente presión a la baja en los mercados internacionales. Sin embargo, los precios en abril se mantuvieron casi un 20% por encima de los niveles del año anterior, después de los fuertes aumentos que ocurrieron a fines de 2022.

En abril  de 2023, los precios de los alimentos fueron generalmente más altos año tras año, con una tasa de inflación anual de alimentos estimada en 5,6%, sostiene el reporte.

Agrega que  los aumentos de precios se controlaron parcialmente mediante subsidios a los precios del combustible y el pan. Considerando el año más alto: los precios internos interanuales de la harina de trigo y las elevadas cotizaciones internacionales del petróleo, el sistema de subsidios podría resultar muy costoso, ampliando el déficit fiscal del país.

 

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