- Análisis
Este año no habrá doble aguinaldo porque la economía boliviana sólo logró crecer 4,13% a junio
- Jueves, 20 Octubre 2022 10:16
FOTO: UDEP
Impacto: El Decreto Supremo 1802, del 20 de noviembre de 2013, establece un crecimiento del PIB superior al 4,5% para pagar el Segundo Aguinaldo “Esfuerzo por Bolivia” a las servidoras y los servidores públicos, trabajadoras y trabajadores de los sectores público y privado. El contexto de la Covid-19 y el conflicto bélico incidieron en la economía y los sectores que más crecieron fueron Transporte y Almacenamiento, Electricidad, Construcción, Agropecuaria. Pero el sector de Petróleo y Gas Natural sigue deprimido y se contrajo en 9,81%. La CEPAL prevé desaceleración en 2023.
La economía boliviana creció en el primer semestre del año en 4,13%, tasa insuficiente para que esta gestión se haga viable el pago de un segundo aguinaldo a los trabajadores del sector público y privado. Uno de los sectores que no logra su recuperación es petróleo y gas natural que decreció en 9,81%.
El Decreto Supremo 1802, del 20 de noviembre de 2013, establece un crecimiento del PIB superior al 4,5% para pagar el Segundo Aguinaldo “Esfuerzo por Bolivia” a las servidoras y los servidores públicos, trabajadoras y trabajadores del Sector Público y Privado del Estado Plurinacional.
El artículo 5 de esa norma refiere que para dar cumplimiento al pago del segundo aguinaldo “se considerará la tasa de crecimiento observada del PIB de un periodo de doce meses anteriores a septiembre de cada gestión fiscal; información que deberá ser comunicada por el Instituto Nacional de Estadística - INE en el mes de octubre de cada gestión a los Ministerios de Economía y Finanzas Públicas y de Trabajo, Empleo y Previsión Social”.
Este beneficio fue instaurado en 2013 y se canceló en cuatro oportunidades: en 2013, 2014, 2015 y en 2018.
El ministro de Planificación, Sergio Cusicanqui, informó que no se llegó a establecer el parámetro que está indicado en el Decreto 1802, pero la autoridad destacó que la tasa de 4,13% ratifica el retorno a la senda de crecimiento económico, el proceso de construcción de la economía y refleja un mayor dinamismo que en el primer trimestre.
El INE informó que el país enfrenta un contexto internacional adverso, aún debilitado por los efectos de la pandemia por la Covid – 19 y el conflicto bélico suscitado en Europa, con el resurgimiento de problemas inflacionarios en las principales economías, que repercutieron en la región y principalmente a países vecinos y socios comerciales.
Pese a ello, resaltó que Bolivia reporta un ambiente de estabilidad económica que se refleja en el comportamiento de sus principales indicadores macroeconómicos en términos de precios y crecimiento, es así que el Producto Interno Bruto (PIB) de Bolivia, en el primer semestre de la presente gestión, registró una variación acumulada de 4,13%, como resultado de las medidas de política económica y social implementadas orientadas a la reconstrucción económica.
Crecimiento por sectores
Las actividades económicas que mejor desempeño tuvieron de enero a junio de 2022 respecto a similar período de 2021, fueron: Transporte y Almacenamiento que creció en 10,45%. Esto se dio principalmente, como consecuencia del crecimiento de 36,42% del Servicio de Transporte Aéreo, y 17,45% Transporte Ferroviario, a razón del mayor flujo de pasajeros y carga.
Por su parte, la actividad de Otros Servicios registró una variación de 8,65%, como consecuencia del crecimiento en 12,95% del servicio de Restaurantes y Hoteles. Mientras que, la actividad de Electricidad, Gas y Agua, registró variación de 7,03%, resultado principalmente del mayor crecimiento en el servicio de Electricidad de 7,61%.
Otros sectores económicos relevantes, que registraron importantes tasas de crecimiento en el período fueron, Construcción y Agropecuaria, con variaciones de 6,07% y 5,73%, respectivamente.
El INE señala que es necesario resaltar, la recuperación del sector de la Industria Manufacturera en el período, que registró un crecimiento de 2,78%, como efecto de la variación de 5,28% registrado en la Industria de Alimentos, y que fue atenuada por la variación de -0,29% sucedida en Otras Industrias Manufactureras.
A pesar del crecimiento registrado en todos los sectores, las cifras del INE revelan que la actividad de Petróleo y Gas Natural reportó una tasa negativa de 9,81%.
Se debe recordar que la producción de gas natural en 2014 alcanzó un pico de 61,3 millones de metros cúbicos día (MMmcd), pero en los años posteriores descendió por la declinación natural de los campos productor y menor inversión en exploración. Es así que en 2021 la producción promedio bajó a 45 MMmcd, aunque en diciembre se llegó a 41,7 MMmcd.
PIB por tipo de gasto
Los datos del INE reflejan que la composición del PIB por Tipo de Gasto muestra mayor crecimiento en Exportaciones de Bienes y Servicios de 16,62%, en orden de importancia le sigue la Formación Bruta de Capital Fijo (inversión) que creció en 7,75%. Debe resaltarse el crecimiento de 4,15% del Gasto de Consumo Final de los Hogares, efecto del dinamismo interno otorgado por las políticas públicas de reactivación del mercado interno.
La descomposición del crecimiento del PIB por el lado del gasto, muestra que la contribución del mercado interno al crecimiento en el primer semestre de 2022, incide con un valor de 2,30 puntos porcentuales, mayor a la contribución de la dinámica por el mercado externo que fue de 1,83 puntos porcentuales.
CEPAL proyecta desaceleración
La Comisión Económica para América Latina (CEPAL), informó ayer que la economía boliviana crecerá este año en 3,5%, pero en 2023 la tasa disminuirá a 3%.
En América Latina se espera un crecimiento de 3,2%, superior al indicado en agosto pasado, pero para el próximo año el organismo prevé que la desaceleración se acentuará con un crecimiento de 1,4%, en una coyuntura sujeta a importantes restricciones tanto externas como domésticas.
Según la CEPAL, el conflicto bélico entre Rusia y Ucrania afectó negativamente el crecimiento global -y con ello la demanda externa que enfrentó la región este año- junto con acentuar las presiones inflacionarias, la volatilidad y costos financieros.
La mayor aversión al riesgo, junto a la política monetaria más restrictiva por parte de los principales bancos centrales del mundo, perjudicó los flujos de capital hacia los mercados emergentes, incluyendo América Latina, además de propiciar depreciaciones de las monedas locales y tornar más onerosa la obtención de financiamiento para los países de la región.
En 2023 los países de la región se verán nuevamente enfrentados a un contexto internacional desfavorable, en el que se espera una desaceleración tanto del crecimiento como del comercio global, tasas de interés más altas y menor liquidez global.
En lo interno los países de la región enfrentarán nuevamente en 2023 un complejo entorno para la política fiscal y monetaria.
En lo monetario, el aumento de la inflación condujo a los bancos centrales, al igual que en la mayor parte del mundo, a aumentar las tasas de política -en algunos casos de manera sustancial- y a reducir el crecimiento de los agregados monetarios.
La CEPAL advierte que si bien se prevé que en 2023 este proceso llegue a su fin -en la medida que se vaya anclando las expectativas de inflación en los países-, los efectos de esta política restrictiva sobre el consumo privado y la inversión estarán presentes durante 2023.
En el ámbito fiscal, asegura que permanecerán altos los niveles de deuda pública en un gran número de países.
“En un contexto de altas demandas por gasto público, se requerirán medidas para fortalecer la sostenibilidad fiscal y ampliar el espacio fiscal mediante el fortalecimiento de los ingresos públicos”, puntualiza.
La CEPAL señala que América del Sur crecerá un 1,2% en 2023 (3,4% en 2022), el grupo conformado por Centroamérica y México lo hará en un 1,7% (en comparación con un 2,5% en 2022) y el Caribe crecerá un 3,1%, sin incluir Guyana (en comparación con un 4,3% en 2022).
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