- Pecuaria
Avicultores y porcinocultores sufren pérdidas millonarias por contrabando
- Lunes, 14 Junio 2021 17:33
Foto AMANECERRURAL
Vigilancia: Demandan mayor control a las autoridades ya que al país ingresa mortadela, cueros, animales, carne de res, de cerdo y de polo, además de pollitos BB y leche de forma ilegal.
El contrabando de leche, carne de res, de pollo, de cerdo y derivados genera pérdidas millonarias y mercado a los productores del sector ganadero, avícola y porcinocultor, por lo que demandan un mayor control de parte de las autoridades.
La internación ilegal de estos alimentos por diferentes puntos desde Brasil, Chile, Argentina se ha intensificado con la pandemia y por el tipo de cambio que permanece congelado desde 2011 en el país y que hace que se pueda comprar más productos.
El contrabando de carne de cerdo y derivados desde Argentina, Brasil y Chile provocan pérdidas de 1,7 millones de bolivianos al sector porcinocultor que sufre la competencia desleal de estos productos del exterior que inundan los mercados.
El presidente de la Asociación Departamental de Porcinocultores de Santa Cruz (Adepor), Jorge Méndez denunció el ingreso ilegal de mortadela en una cantidad de mil kilos que perjudican a las granjas que proveen carne de cerdo para la elaboración de este producto. Pero también se interna vía contrabando carne de cerdo, animales vivos, cueros, grasa.
De acuerdo con cifras de Adepor, la producción mensual o faeneo es de 70 mil cerdos por mes, pero eso bajó a 56 mil y desde el inicio de la pandemia se ha cerrado un 20% de las granjas.
AVÍCOLAS
Pero el sector porcinocultor no es el único golpeado por el contrabando, sino también el avícola que enfrenta una gran arremetida con el ingreso ilegal de pollito BB y de pollo terminado desde Perú y Argentina”, según denunció el presidente de la Asociación de Avicultores de Santa Cruz (ADA), Omar Castro.
Estos productos que ingresan al país de contrabando no cuentan con el Registro Sanitario del Servicio Nacional de Sanidad Agropecuaria e Inocuidad Alimentaria (Senasag) e incumplen la normativa sanitaria vigente.
“Esta situación es altamente preocupante ya que atenta directamente contra el estatus sanitario del país, echando por la borda el avance logrado hasta ahora dentro del programa de control y erradicación de Newcastle, con miras a la exportación”, argumentó Castro.
El contrabando de productos avícolas está ocasionando un gran daño económico al productor primario ya que el precio del pollo es muy sensible a variaciones que sufra cualquiera de los eslabones de la cadena avícola. “A este ritmo, terminaremos viendo el cierre de cientos de unidades productivas y las primeras en llegar a esta situación serán las más pequeñas, eso implica que miles de personas que se dedican de forma directa a la producción avícola se queden sin su fuente de subsistencia”, advirtió el titular de ADA.
Los avicultores piden que la Aduana Nacional y el COA (Control Operativo Aduanero) cumplan con sus funciones en la frontera, refuercen y redoblen su trabajo, y que el Senasag actúe inmediatamente dentro del país, decomisando y eliminando el pollito BB de contrabando alojado en las granjas, así como también el pollo terminado que se encuentre en los mercados.
El sector avícola aporta más de 1.000 millones de dólares y representa el 3% del Producto Interno Bruto Nacional (PIB); produce más de 800.000 toneladas de alimento, entre carne de pollo y huevo, y genera a nivel nacional más de 180.000 empleos directos e indirectos. ADA Santa Cruz representa el 45% de la producción de pollo parrillero a nivel nacional y el 70% a nivel departamental.
El consumo interno de carne de pollo y huevo se encuentra en franco crecimiento y esto se debe principalmente a que son las proteínas animales de menor costo con relación a otras. Dada la situación económica que atraviesa el país debido a la pandemia del Covid-19, estos alimentos se convierten en aliados para las familias bolivianas.
El consumo per cápita anual de carne de pollo es de 43 kilogramos, uno de los más altos de Latinoamérica, mientras que la ingesta de huevo por persona al año no alcanza ni la media latinoamericana (280) y más bien se encuentra entre los más bajos con 183 huevos per cápita.