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"No tenemos una regularidad de agua para el desarrollo de las semillas a lo largo de todo el ciclo"
- Lunes, 21 Marzo 2022 16:11
FOTO: FUNDACRUZ
Claudio Paim Dos Santos, presidente de la Fundación de Desarrollo Agrícola Santa Cruz, FUNDACRUZ, entidad que aporta al desarrollo técnico-científico para incrementar la producción agrícola del país, especialmente de la soya, y hoy enfrenta no sólo la falta de políticas públicas de impulso al sector, el contrabando de semillas sino también al clima y la falta de acceso a biotecnología.
¿Cómo está el mercado de semillas en Bolivia?
Está muy difícil acá, principalmente por la irregularidad del clima. Tenemos muchos espacios sin lluvia y cuando llueve, llueve harto. Nosotros no tenemos una regularidad de agua para el desarrollo de las semillas a lo largo de todo el ciclo. En Brasil hay una facilidad porque en el Mato Grosso la regularidad del agua es impresionante, todos los días llueve al final del día. Acá llueve cada 30 o 40 días. En la última campaña tuvimos 40 días que no llovió. Para el desarrollo de la soya, del maíz, de todos los cultivos es muy duro, perjudica demasiado el desarrollo de la planta.
Cultivar soya más bien parece un acto heroico en medio de un clima que se hace poco favorable
Pues sí. Nosotros aquí tenemos una diversidad de tipo de suelo en el mismo chaco. En un mismo lote tenemos hasta 3 o 4 tipos de suelo, más arcilloso, más liviano, más arenoso. En el suelo arenoso, el agua y filtra más cuando llueve regularmente.
Un mismo lote tiene unos dos tipos de acumulación de agua. En muchas partes de la zona norte, la soya está saliendo verde, mucho granos verdes, esto pasa porque los suelos más livianos están listos, pero en la más arenosa ya terminó su ciclo. Esto es perjudicial para la calidad, ese es el gran problema que tenemos acá.
Otro problema que tenemos es la falta de desarrollo de biotecnología y Bolivia se está quedando atrás en relación a otros países. Brasil, Argentina, Uruguay, Paraguay ya usan semilla genéticamente modificada.
Vamos a hablar claro, estas variedades tienen mucha más resistencia a enfermedades, sequía, con muchos más rendimiento. Tiene ciclos más cortos y eso es muy beneficioso para la agricultura porque se ahorra más trabajo y se produce más.
Esto es más un problema político y no un problema del agricultor, es el Gobierno que no permite la entrada de semilla genéticamente mejorada.
Sin embargo, hay instituciones que están trabajando en el país para mejorar las semillas, como FUNDACRUZ.
Pero nosotros nos quedamos atrás. Brasil ya está 3 o 4 pasos más adelante y no produce más semilla tradicional.
Por ejemplo, en FUNDACRUZ tenemos un problema porque tenemos parcelas con semillas de Embrapa, con variedades de semillas que nos envían acá semejantes a nuestros suelos, clima, para que nosotros podamos cruzarlas y hacer semillas específicas para Bolivia, pero ellos ya no producen más semilla que es permitida en Bolivia. Y nosotros no podemos traer lo que Brasil produce porque está prohibido y ellos ya no producen más de lo que necesitamos.
¿Y de dónde vamos a sacar semilla en los próximos años? Vamos a continuar con las mismas variedades con rendimiento pequeño. Por ejemplo, Brasil produce 6 o 7 toneladas por hectárea y Bolivia dos toneladas.
Hace años se mantiene esa misma cantidad de producción de toneladas por hectárea en el país. ¿Qué es lo que están haciendo para enfrentar esto?
Trabajamos con lo que tenemos. Estamos criando y lanzamos una semilla TMG Estrella, una variedad que esperamos pase las 3 o 4 toneladas por hectárea. No hay biotecnología para que produzca más. Necesitamos traer variedades de alto rendimiento nosotros podamos cosechar más toneladas.
¿Mejor rendimiento en una hectárea menos ampliación ella frontera agrícola?
Y, vamos a tener menos costos de agroquímicos. Esa es una cosa que las autoridades no perciben, porque son hechas para utilizar menos agroquímicos y más resistentes a la Roa y a enfermedades en forma general.
Nosotros continuamos con variedades que no son resistentes a las enfermedades.
¿Qué es lo que los agricultores hacen? Les cuesta más y hace más daño al medio ambiente.
Además hay productores que mezclan con semilla de contrabando.
Ese es otro problema que Bolivia tiene, que se pasa mucha semilla por debajo. Se estima que el 60 por ciento de la semilla que se siembra en Bolivia no es certificada. Viene como decimos de forma pirata en la frontera de argentina, ahí pasa de todo.
Para la economía de Bolivia, en vez de incentivar la plata se va al exterior para gente que no es de Bolivia.
¿Respecto al INIAF, al Senasag, qué opina?
Se necesita más fiscalización. Se necesita más soporte del Gobierno, de poner más gente para hacer la fiscalización, más técnicos que puedan controlar la semilla que circula por Bolivia.
¿En el caso de Semillas Monica, que producen semilla certificada, cómo enfrentan esta situación?
Es una competencia desleal. Nosotros invertimos harto porque hacer semilla no es barato y competimos con material de argentina que viene listo con un precio más barato.
Para producir una tonelada de semillas se necesita 500 a 600 dólares para vender a 600 dólares o 750 pero ellos venden en 300 dólares. La bolsa blanca pasa mucho más barato.
Recomiendo que se ponga más atención a lo que se compra, la semilla que nosotros producimos es certificada por el gobierno, por las autoridades –INIAF-. Y cuando se compra, sí hay una garantía de ello, de que se está comprando y se garantiza que es semilla buena. Cuando se compra bolsa blanca de contrabando no hay garantía de lo que se está comprando. No se garantiza nada. Puede ser como un juego de póker, y los únicos perjudicados son los agricultores.
¿En este marco, que se puede hacer?
Para ese tema, para enfrentar el contrabando, lo único que podemos hacer son dos cosas. Una es concentración de los agricultores en que es importante tener semilla de calidad para una buena producción y la otra es razonar junto al Gobierno para que ayude al sector que es tan importante.
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FUNDACRUZ y su trayectoria en investigación en soya
La Fundación de Desarrollo Agrícola Santa Cruz – FUNDACRUZ, es una entidad privada, sin fines de lucro, que tiene como misión contribuir al desarrollo técnico-científico, orientado a incrementar la producción agrícola de Santa Cruz de la Sierra y otras regiones productivas en Bolivia.
En 1998 un grupo de productores, empresas semilleras, cooperativas de productores, agroindustria y distribuidores de insumos agrícolas, ante la necesidad de contar investigaciones en el rubro de la soya que les aseguren la provisión regular altamente productivas, resistentes a plagas y enfermedades, así como a las diferentes condiciones edáficas y climáticas de las zonas agrícolas de Santa Cruz de la Sierra, establecieron un convenio con la Fundação de Apoio a Pesquisa Agropecuaria de Mato Grosso- Fundação MT para la introducción de líneas y variedades de soya provenientes de Brasil, constituyendo de esta manera oficialmente a FUNDACRUZ el 29 de Abril de 1999.
Luego, con el convenio de cooperación técnica con la Fundação MT, desde el 2013 Fundacruz trabaja con la TMG-Tropical Mejoramiento e Genética Ltda. y desde el 2019 se firma la alianza con la Empresa Brasileira de Pesquisa Agropecuária (Embrapa) para introducir nuevas líneas de semillas al mercado nacional.
Desde su creación, Fundacruz contribuyó al desarrollo de la agricultura boliviana y puso a disposición de los productores 27 variedades de soya, entre convencionales, resistentes a glifosato y resistente a roya de la soya, con el fin de mejorar los rendimientos de cultivos y disminuir los costos de producción.
En la actualidad implementa el Programa de Investigación y Desarrollo de Variedades de Soya, el Programa de Producción y Provisión de Semillas de Categorías Superiores Básicas y Registradas, el Programa de Promoción y Difusión y los Servicios de Validación Agronómica y Pruebas de Eficiencia de Productos.
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