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"Uno de los grandes desahogos que puede tener el productor está en el consumo del queso"
- Domingo, 27 Marzo 2022 11:16
FOTO: AGRONEWS
Mauricio Serrate Céspedes, presidente de la Federación Departamental de Productores de Leche (FEDEPLE), explica los factores que inciden en la elevación de los costos de producción de un sector que tiene un importante rol socioeconómico para las familias del agro. Y en el Día Internacional del Queso, que se celebra en varios países excepto en Bolivia, es importante ratificar la necesidad de subir el déficit de lácteos en el consumo nacional y generar una cultura de consumo de leche y queso, que abriría oportunidades para fortalecer pequeñas industrias y mirar hacia los mercados externos.
¿Cómo está la situación del sector lechero en este momento?
Tenemos una diferencia con otros años con nuestros costos de producción que se han elevado por los siguientes factores.
El año pasado fue atípico porque tuvimos una seca y una helada, donde el grano que se considera que baja los precios de nuestros insumos para nuestro alimento balanceado, el sorgo, desapareció del mercado, por eso que hoy estamos consumiendo el maíz. Estamos hablando de un alimento que costaba 70 bolivianos ahora está en 100 bolivianos. Esto quiere decir que tenemos un incremento en el alimento balanceado concentrado entre un 25% y 35%. Y la producción es la misma, no hemos incrementado, inclusive en pandemia no nos podemos quejar porque seguimos vendiendo a la industria.
El segundo punto que le toca al bolsillo del productor es el contrabando y dos países con monedas devaluadas. Desde Argentina y Brasil tenemos ingreso lícito e ilícito en mayor porcentaje de productos lácteos, esto hace que a la industria la que nosotros vendemos se sobre estoque de productos. Esto también origina que nos sentemos en la mesa de negociaciones y que del 100% de la leche que le vendemos ahora tenemos un 30% indexado al precio internacional, según la formula mediante convenio que tenemos con la industria y esto significa que hay una disminución en el pago que nos hace la PIL. Esto significa en números, para los 900 productores que tenemos, un promedio de pago que nos hace la industria de alrededor de 3,27 bolivianos por litro, frente al año pasado que nos pagaban 3,45 y 3,55, una cifra record. En leche, 10 centavos significa un millón de dólares al año, centavo a centavo se hace la ganancia.
Otro tema es que no tenemos acceso a tecnología que tienen los países vecinos, que les asegura una mayor optimización de recursos, incluso de granos genéticamente modificados. Para ser más claros, en el caso de la producción del maíz convencional tenemos 3 toneladas por hectárea y con un transgénico podemos llegar a 10 toneladas por hectárea. El gusano cogollero es una plaga aquí, eso ha generado que muchas granjas cierren y perjudicado al pequeño productor lechero en una economía de escala. En el transcurso de esta pandemia han cerrado entre 35 a 40 productores y han cambiado a otro tipo de actividades, y seguramente nunca más lo van a volver a hacer.
Tenemos también el problema de que los insumos veterinarios son importados, hemos tenido reuniones con laboratorios nacionales y sería muy importante que empiecen a producir a gran escala productos veterinarios, sería una diferencia significativa en relación a los costos.
Ese es el panorama, no estamos tan mal. Ahora debemos enfatizar que hemos tenido bastante avance en la calidad de leche. Hoy Santa Cruz produce la mejor leche de Bolivia y estamos orgullosos. La industria nos paga un precio fijo y nosotros ofrecemos calidad y para ello tiene que haber inversión del productor en tecnología, nuevos procedimientos para sacar la leche de la ubre de la vaca. De un tiempo a esta parte también mejoramos en el manejo del suelo porque el productor lechero también se ha convertido en un buen agricultor.
¿Qué implica ahora ser productor lechero?
El otro día vi un meme que decía que la vaca no da la leche sino que es todo un proceso, un proceso de aprendizaje. Debemos estar en la pubertad en la producción de leche, hay países vecinos que están 20 o más años por delante. En genética no porque tenemos la posibilidad de hacer transferencia de embriones, vendemos semen y estamos avanzando, lo que nos falta es ser buen agricultor para producir nuestro propio forraje y un forraje que tenga las cualidades nutricionales de exigencia.
La lechería en Bolivia está en constante construcción, estamos experimentando con razas, cruce de razas. Estamos en constante movimiento. Si usted me pregunta cuál es la visión que tiene FEDEPLE, es ser tan competitivos como cualquier productor de un país vecino y no vamos a estar en reuniones con la industria para aumentar o bajar el precio.
¿Cuando hablamos de forraje, de sorgo, de maíz, alcanza la producción nacional?
El panorama no es muy claro. Ya tenemos informes de la CAO que la mancha sembrada de sorgo como al de maíz está disminuyendo entre un 10% y 15%.
No es una buena noticia porque no va a haber grano en el mercado y se van a seguir elevando los costos. Esto se debe a varias razones y la principal es porque el precio de la soya está muy elevado y el productor cultiva el grano con el que más precio va a ganar y no se olvide que el sorgo no es un cultivo que se hace con periodicidad y se cultiva para cobertura, el productor lo cosecha y luego lo deja para tener cobertura para un mejor aprovechamiento con su soya.
Pero estamos ahí, en la pelea
¿Para aclarar un poco, como se alimenta hoy una vaca para que de una buena producción de leche?
Son dos. Uno es lo que llamamos el voluminoso que es la materia verde, el pasto. El voluminoso usted lo puede dar en heno, el pasto secado, el sorgo seco o el del silo o fresco. Este aporta fibra de calidad. Y el otro es el grano que les aporta proteína, maíz o soya que es el alimento balanceado o concentrado que le llamamos. Ahí le ponemos las sales minerales, la proteína, los carbohidratos, tenemos nutricionistas un buen profesional que va combinando estas recetas de combinación de la fibra con el concentrado es lo que da que la vaca tenga un buen rumio y una buena conversión del alimento a leche.
Este proceso nos da leche de calidad, ¿cómo hacer entender esto frente al contrabando?
Producimos leche de calidad que está estandarizada con niveles de calidad con cualquier país de Europa. Tenemos una buena leche y se pueden obtener otros productos de los sólidos de la leche. Por eso es que la industria nos paga más porque le pueden sacar más a la leche, más mantequilla, más yogur, más leche en polvo.
El 27 de marzo se celebra en algunos países el Día Internacional del Queso, que no se celebra en Bolivia, pero nos permite ver que tenemos muchos tipos de quesos en el país. ¿Qué se puede hacer para tener más incentivos?
Ese es uno de los problemas fundamentales en Bolivia. Tenemos un per cápita de consumo de leche entre 60 y 63 litros. La OMS nos dice que mínimamente por los valores nutricionales que tienen los lácteos y sus derivados tenemos que consumir 160 litros per cápita al año.
No han existido verdaderas políticas de incentivo al hábito del consumo de lácteos a temprana edad. Si la industria saca una campaña es más publicidad están creando marca no están creando cultura. Necesitamos campañas de concientización. Nosotros estamos en redes sociales con la campaña del Bigote Blanco.
¿Cómo lo hacemos? Empezando por no hacer campañas de publicidad sino de concientización, impulsando el consumo de lácteos y derivados en el desayuno escolar, aumentando el porcentaje en los subsidios prenatales y postnatales, que en los últimos 15 años han disminuido en un 50% los lácteos en el subsidio.
¿De la producción de Santa Cruz, cuánto va para leche y cuánto para queso y otros derivados?
Del 100% de leche que vendemos a la industria, como FEDEPLE de 450 mil a 500 mil litros, el 30% se hace leche entera en polvo y la exporta la industria por convenio, del 70% restante un 60% se vende en el mercado en leche líquida, ese es el mayor mercado, el otro 40% está repartido entre mantequilla, helados, yogures, picoles.
¿Y el queso? ¿Cuál es la situación del queso en el mundo lácteo del país?
Es mala. La industria hoy por hoy no está produciendo queso. Esto ha originado que se hayan creado mini industrias de queso. Esto también origina una importación ilegal de estos productos. Y porque no tenemos tampoco una cultura de consumo del queso, que es lo que hace la diferencia.
El verdadero consumo de lácteos está en el queso porque aproximadamente 10 litros de leche equivalen a un kilo de queso. Comúnmente la gente toma tres vasos de leche, comiendo un cuñapé es como un litro de leche.
Entonces, consumamos más queso…
Obvio. Fíjese que en países donde la gente vive más son los países que más consumen queso porque el queso tiene proteínas y bacterias que son beneficiosas.
¿Cómo FEDEPLE incentivarán además del consumo de la leche, el consumo del queso y fortalecer nuestra producción de quesos?
En eso estamos. Uno de los grandes desahogos que puede tener el productor está en el consumo del queso y podríamos promover el queso de calidad para exportar.
Existen muchos productores de quesos artesanales, pero el productor de leche no es vendedor de queso y ese es el primer problema.
En Directorio hablamos y soñamos en hacer una cooperativa de queso para exportar e incentivar ese consumo. En el país si cada chico consumiera 100 gramos de queso al día es un litro de leche que estaría consumiendo.
¿Tenemos cifras de consumo de queso en el país?
Calculamos que alrededor de 800 mil litros se van a la industria del queso, unos 80.000 kilos de queso. Tenemos un hándicap que podemos alcanzar. Bolivia es un país que consume muy poco queso y además está muy estratificado. Tenemos quesos frescos y quesos elaborados. La cultura del consumo del queso se la puede ir haciendo.
Cabe destacar que la lechería tiene un aspecto socioeconómico importante porque al ser la segunda o tercera actividad en las familias de productores permite a las familias tener una especie de pulpería que da de comer a la familia. En la cuenca del Valle de Cochabamba hay un buen porcentaje de transportistas que tienen vacas y son las esposas e hijos quienes trabajan en la tierra, por eso no se puede pensar en lecherías grandes y si en medianas y pequeñas lecherías. Lo mismo sucede en Santa Cruz. La lechería es una vocación que se hereda de padres a hijos.
Pero el negocio final de la lechería es bienes raíces porque para que sea viable tiene que estar cerca de la industria y acceso los 365 días a carreteras asfaltadas. Una lechería ubicada a 100 kilómetros de la industria ya no es viable porque le cobran al pequeño productor.
Ciertas cuencas, como la de Warnes pasó de la número uno a la seis porque la ciudad ha ido absorbiendo a las lecherías. Los economistas dicen que el negocio de la lechería se conserva la inversión, pero somos tan cuerudos los lecheros que una vez esta absorbida la lechería por las urbes nos vamos a otro lugar y nos compramos otra lechería y seguimos con la tradición.
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